El periodismo vive un
momento complicado. No es que la gente no quiera noticias, no es que no haya
periodistas: Hay oferta y hay demanda, por tanto ¿Cuál es el problema?
Como sabemos los medios
tradicionales son el periódico, la radio y la televisión. Ninguno de ellos pasa
por su mejor momento ya que la presencia de internet ha calado hondo en la
sociedad. En internet podemos encontrar lo mismo que en un periódico, en una radio
o una televisión e incluso más.
En esta coyuntura uno
de los medios que peor lo está pasando es la prensa escrita. Cada vez se
compran menos periódicos en formato papel, se está perdiendo la costumbre de
leer diariamente el periódico. La crisis económica y el fácil acceso a internet
han conseguido que muchos lectores opten por leer la prensa desde su ordenador , Smartphone u otros medios digitales.
Todos los periódicos
cuentan con su propia página web pero las ventas de papel cada vez son menores
y no resulta precisamente barato mantenerlos. Los periódicos ya no pueden
contar con la rentabilidad de venderse en los kioscos, ahora mismo quien
sostiene la prensa son las empresas quien con su publicidad les hacen seguir
teniendo beneficios.
Pero este hecho no es
para nada banal, que una empresa sostenga la prensa, no es positivo. Las
empresas que están detrás de los periódicos no son precisamente pequeñas, sino
empresas con un peso nacional e internacional y su influencia en el periódico
acaba siendo determinante.
Si un periódico está
financiado por “X empresa” una hoja suya (o un espacio en caso de que sea la
edición virtual) como mínimo será dedicada a hacerle publicidad y por supuesto
no será conveniente contar nada negativo o crítico sobre ella, ya que peligra
entonces la sostenibilidad del periódico. Por tanto estamos hablando de que la
libertad de prensa es algo se restringe también en tiempos de crisis.
¿Cuál es la solución a
este problema? ¿Es posible?
Realmente es complicado, cuanto más barato es un medio más
publicidad va a tener e incluso los medios más importantes están claramente
influenciados por empresas y partidos todos ellos. En esta circunstancia la
solución puede ser darles más importancia a los lectores y mantenerse independientes de empresas y
políticos. Si se ofrece al lector una información independiente y de calidad,
la prensa tiene posibilidades, si esto no se consigue el periodismo corre un
grave peligro y un sociedad sin periodismo nunca podrá ser libre.
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