viernes, 2 de mayo de 2014

Un periodista llamado Gabriel García Márquez


El pasado 17 de abril nos dejaba el legendario escritor colombiano, Gabriel García Márquez. Curiosamente lo hizo de la forma más literaria que podía darse, tres días después del Día del Libro y el mismo día que su personaje Úrsula Iguarán, García Márquez fue literatura hasta para morirse, y eso por bonito que suene, no hay coronel que lo escriba.

Recibió el premio nobel por novelas como la laureada Cien años de soledad, pero García Márquez era periodista y a poco que se le haya leído eso puede verse plasmado en su obra donde sin duda el realismo mágico supera  a la ficción. Por ejemplo el reportaje o la crónica periodística era un género que le interesó y jugando con su faceta literaria nos vienen a la memoria obras como Crónica de una muerte anunciad o El coronel no tiene quien le escriba.

Los periódicos e informativos se llenan de recuerdos y elogios a su figura. Destacaría varios artículos de los que le han dedicado en prensa los últimos días pero he escogido uno especialmente llamativo del escritor Evelio González Palacio para La Nueva España. Tenía un notable interés por haberlo conocido en persona en un curso de periodismo causando la más sana envidia del lector. Es por tanto un artículo que nos acerca a la figura periodística del colombiano.

Así pues en boca de García Márquez se nos  habla de que él pensaba del periodismo. Daba un valor inmenso a las crónicas y reportajes ya que es la forma de contar la realidad de forma expresiva, o mejor dicho con sus palabras: "El reportaje es un cuento que es verdad". Para el genio de la literatura el periodismo tenía que buscar algo más que dar simplemente datos, el periodismo tenía que contar anécdotas e historias y el buen periodista era quien sabe verlas.

No veía bien un periodismo deshumanizado y en el que todo parece tan frío que no parece que haya historias  ni personas detrás.  Eso sí, siempre  mostrándose un defensor de la verdad aunque no guste, ya que las verdades no se pueden esconder y además no tienen por qué ser para nada aburridas. En más de una ocasión García Márquez declararía que llevaba muchos años viviendo de la demencia senil de su familia, esto nos dice mucho de las historias que encontraría el autor en su obra.

Las verdades hay que contarlas, decía, Márquez de forma concisa y no aburrida, pero buscando historias y anécdotas para que el lector pueda llevarse algo más. Y contándonos la historia de la historia, Evelio González Palacio nos acerca un poco más a la figura periodística de García Márquez, consiguiendo una bonita lección de periodismo.   


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