martes, 11 de marzo de 2014

Sobre la conferencia y presentación de Vasilis Vasilicós





El escritor griego Vasilis Vasilicós presentó en el acto, su último libro Lo poco que se de Glafcos Zrasakis en la Universidad de Oviedo ante la atenta mirada de los profesores y estudiantes.

 Empezaron preguntando al autor por su novela más conocida llamada Z, el autor griego se mostró un tanto decepcionado de que no se conociesen más novelas de su prolongada trayectoria, aunque se lo tomó con humor.

Fue interesante su reflexión sobre las palabras griegas y su significado, como es el caso de idiota o política, que para el escritor han tomado unas acepciones que las perjudican y que se alejan de la raíz que vertebra las mismas y de alguna manera nuestro sistema. Tampoco dejaría  a un lado los asuntos de su Grecia actual que muchas veces se ve mermada por su glorioso pasado que parece ser lo único importante para los que no viven allí el día a día de los griegos.

 Se refirió a sus referencias a la hora de escribir y no decepcionó, citó a autores de la talla de Nabokov, Sartre o Truman Capote. Aclaró que todos los escritores se influyen unos a otros y que la originalidad es poco menos que una utopía, lo cual chocó a más de uno de los allí presentes que quizá esperaban una alegato a la creatividad pero su carácter afable no daba lugar al enfado del público y si a la sana discrepancia.

Este carisma que despedía se materializó verbalmente cuando comentó que si sus obras ayudaban a una sola persona, su dedicación a la literatura tendría ya un sentido. Y se mostró muy cercano a los jóvenes afirmando que está ayudando a muchos jóvenes a que como él tengan una oportunidad en el mundo de la literatura.

Como es natural viendo las circunstancias económicas que todos los países del sur de Europa viven y en particular Grecia, fue inevitable que no se le preguntara por su opinión sobre un asunto tan complejo y que tanto sufrimiento causa. El escritor al igual que en la anteriores preguntas se mostró especialmente preocupado por el futuro inmediato de los jóvenes que, como nosotros,  viven la peor época de los últimos tiempos. Para ello no dio tampoco una receta mágica, se mostró más bien crítico y pesimista pues afirmó que no había un culpable concreto. Cito textualmente: Necesitamos a Antígona, pero también a un Prometeo que traiga el fuego.


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